Llevo días durmiendo mal, apretando la mandíbula por la noche fruto de un subconsciente intranquilo. Me despierto con dolor de cabeza y con ojeras sin importar las horas que haya pasado intentando descansar. Encuentro pequeños rastros de sangre en las sábanas y la almohada, como señales inequívocas de que no he pasado una buena noche. Hoy la píldora mágica me provoca un leve ataque de ansiedad, noto el corazón como el motor de un coche con el acelerador a 3/4 de gas, cada vez más rápido y más ruidoso que me provoca un nudo en la garganta similar al del congojo cuando tienes ganas de llorar. No son ganas, es necesidad, pero no por tristeza o miedo sino cansancio, agobio y remordimiento.
Este año el premio se lo lleva el "otro", creía haberle que no volvería pero sigue ahí agazapado, a la espera de una oportunidad para saltar y hacerse con el control de todo. No podéis saber lo frustrante que es sentirse atrapado en tu propio cuerpo y mente, sé que suena raro pero no lo es. Quieres hacer algo y da igual lo que luches o cuántas veces lo intentes, no puedes vencer. Estás ahí mirando la pantalla del ordenador o los apuntes y sabes que tienes cosas que hacer pero simplemente no puedes hacerlas, tu mente dice NO. Y por supuesto, tu cuerpo no va a hacer nada si la mente no lo ordena. La verdad es que tampoco es cierto que sea una negación, no es que la mente diga "No voy a hacer esto", es más una omisión de las ordenes necesarias para llevar a cabo las tareas obligatorias. Es como si un jefe no te da trabajo, por tu cuenta tampoco lo vas a hacer así que te dedicas a estar ocioso, no es que te haya dicho que no hagas algo pero tampoco te ha dicho que lo hagas así que...
Y estás ahí mirando, a veces al infinito y otras a las letras pero sin leer, miras fijamente un punto y el resto se difumina mientras que un nudo se va cerrando en tu estómago porque una parte de ti sabe que lo tienes que hacer pero otra no te deja. Es complicado, podría parecer que tengo doble personalidad pero no es así, tengo una sola personalidad pero al igual que en función de nuestro ánimo elegimos una ropa u otra en mi interior hay diversas rutinas de funcionamiento, lo bueno es que si consigo romper la rutina "mala" en seguida salen los deberes a flote y me pongo a todo, lo malo es que muchas veces necesito un empujón, un estímulo externo para despertarme y dejar de lado el automático negativo y no lo recibo, posiblemente porque mi entorno no sabe interpretar las señales. Y me vuelvo a encontrar perdido en mi interior, evitando a posta mirar cuándo me tengo que matricular para el año que viene, por un lado por miedo a reconocer un año en "blanco" y por otro lado esperando que se pase la fecha porque así podré tener una excusa para no tener que fracasar otra vez en la tarea de imponerme a la desidia, la rutina, el cansancio y otras muchas cosas y afrontar el hecho de que si quiero puedo, el problema es que muchas veces el camino del "quiero" está escondido.
Y me da TANTA pereza ponerme a buscarlo y es una tarea TAN ardua que prefiero seguir sentado mirando al infinito esperando a que sea tarde para reaccionar, así ha sido siempre, por eso lo conozco tan bien. Reconocerlo ayuda, escribirlo me sirve para poder darle forma una vez más y enfrentarme a tí, en realidad a mí, y decirte a la cara que esto no nos conviene, es probable que estés cómodo ahí dentro adueñándote de la situación y mintiendo, haciendo creer al mundo que haces sin hacer, limpiando la mierda y escondiéndola bajo la alfombra. Pero eso no funciona, lo sabes, deja de darte golpes contra la misma pared. Llega un momento en que la alfombra no puede albergar más basura dentro y hay que limpiar de verdad, este es el momento de limpiar y quitar la alfombra para que nunca más puedas puedas usarla de parapeto.
Necesito vacaciones, descansar, desconectar, reflexionar y realizar un examen de mi mismo, autocrítica avanzada y profunda en busca de qué quiero y después diseñar cómo lo voy a hacer. Seguiré informando melon@s.